Así lo se quedó el día de ayer en el acuerdo con la FIA. El que más carreras gané, será el ganador. Los puntos valdrán sólo para los empates. Por ejemplo, si Barrichello tiene 140 puntos y solo ha conseguido 3 victorias y el resto por segundos y terceros puestos, aunque Alonso abandone en todas las carreras menos 4 que son en las que gana, tendría tan solo 40 puntos y 4 victorias, por lo que ganaría el mundial.
Esta es una propuesta de hace tiempo de Bernie Ecclestone. Al principio la FIA no la aprobaba, pero como pudimos comprobar ayer, esta vez si. Al ser a última hora a saber cómo le afectará a los equipos.
Detrás de la decisión de Max Mosley y su Consejo Mundial puede estar el enfado del presidente de la FIA por la negativa de los equipos a aceptar un tope presupuestario de 50 millones de euros para 2010. Si querían café, dos tazas. El Consejo ha establecido la opción de un tope presupuestario para 2010 de 33 millones de euros y con la posibilidad para los equipos que quieran acogerse (se supone que nuevas escuderías, las actuales no quieren) de tener ventajas como difusores más grandes, o motores sin límite de revoluciones. Y la FIA se reserva el derecho a actuar técnicamente para que no tengan desventaja alguna respecto al resto de escuderías más poderosas, las englobadas ahora en la FOTA.
Hoy por hoy, no hay estructura capaz de pagar dos coches, dos KERS, dos motores, dos buenos pilotos y un equipo de ingeniería de alto nivel con ese dinero. ¿Y cómo podrían evolucionar libremente? Hasta el control de los presupuestos parece algo más propio de ciencia-ficción.
En el capítulo de bajo coste, a la FIA le viene bien que Brawn funcione, y diversas fuentes afirman que el Consejo no le ha puesto ningún pero a su más que dudosa aerodinámica. Si esto se mantiene en las verificaciones de Australia, el resto de escuderías se lanzarán a copiarles y a gastar una millonada en difusores en tiempos de crisis.
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